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El futuro de las pensiones. Una perspectiva desde el sindicalismo revolucionario.

Con esta breve reflexión espero colaborar a la comprensión del proceso neoliberal de reestructuración de las pensiones en el Estado español.

En primer lugar, hay que reconocer el actual sistema de pensiones como estatal y nunca como público si consideramos lo público el común. Como toda institución estatalizada está en manos de la oligarquía y sirve como parte del sistema productivo/reproductivo capitalista. Un sistema que en el pasado tenía que gestionar una mano de obra masivamente concentrada en la industria y que necesitaba de la reposición constante de esta. Por ello, en los albores del capitalismo decimonónico las élites al mando configuraron las primeras instituciones estatales que después conoceríamos con el nombre de "seguridad social". Podríamos decir pues, que la seguridad social nace con las mismas intenciones de cuidar a la clase obrera que la veterinaria industrial al ganado.

La reforma neoliberal es imparable. Básicamente, como demostró la reestructuración industrial de los años 80 del siglo pasado, porque las élites globales así lo han decidido, como parte del plan neoliberal; demostrando, una vez más, que el Estado es una estructura de poder que es utilizada impunemente por la burguesía. Ello pone en evidencia la falsa dicotomía Público/Privado que sin duda esconde la estrecha colaboración entre Estado/Empresa, como martillo y yunque.

Esta síntesis deja claro que los intereses de la clase obrera están lejos de considerar el actual sistema de pensiones como propio. En todo caso, es una de las gruesas cadenas que nos unen al capitalismo patriarcal.

Como toda reestructuración perpetuada por las élites tendrá consecuencias negativas, incluso fatales, para las personas afectadas y sus entornos sociales. Por ello desde el sindicalismo tenemos que apoyar toda movilización que surja desde abajo o sea auto-organizada por pensionistas. La solidaridad es un factor fundamental en la reconstrucción de la clase obrera como sujeto colectivo con capacidad subversiva, como demuestra la sororidad feminista entre las mujeres. Pero toda solidaridad que no incluya la crítica y perspectiva revolucionaria al sistema de pensiones estatal quedará en simple paternalismo.

La clase obrera tiene una alternativa a las pensiones estatales y/o privadas. El apoyo mutuo, las redes comunales y cooperativas pueden ser la base de instituciones creadas y gestionadas desde abajo, sin la participación del Estado o Empresas. Obviamente esto no se consigue de la noche a la mañana, al igual que las élites no podrán desguazar sin resistencias el sistema estatal. Se trata pues de participar de este conflicto social con una alternativa propia de clase que sirva como potencia transformadora, o si se prefiere, creadora de contrapoderes autónomos y anticapitalistas.


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